Reclamando el Paraíso

por Brian CruzRead in English

Temprano en la mañana del 8 de noviembre del 2018, el cielo del norte de California se volvió negro mientras que la tierra debajo se enfureció con el incendio forestal más destructivo y mortal en la historia del estado.

El fuego Camp, que dejó casi nada de la ciudad de Paradise, tomó 17 días agonizantes para que los servicios de emergencia finalmente lo extinguieran. Alimentados por fuertes vientos y altos árboles que se encendieron como antorchas, los incendios corrieron por la tierra, incinerando más de 150.000 acres, destruyendo 18,804 estructuras y cobrando las vidas de 85 personas.1 Como consecuencia, más de 50,000 sobrevivientes quedaron sin hogar.

La sensación de pérdida y desolación era palpable en esta comunidad una vez próspera y pintoresca, sus hermosas laderas ahora carbonizadas. Las tiendas, las escuelas y las casas eran poco más que montones de escombros.

Aunque las llamas ya estaban apagadas, la pesadilla estaba lejos de terminar para los sobrevivientes, quienes enfrentaron una tragedia emergente cuando los refugios temporales se llenaron rápidamente. Los que quedaron fueron obligados a quedarse en sus vehículos o en las calles. En noviembre y a casi 2,000 pies sobre el nivel del mar, las temperaturas de noche podrían llegar a casi congelarse para los sobrevivientes que quedaron sin hogar.

Solo unos días después que empezó el fuego Camp, un equipo de BCFS Health and Human Services Immediate Disaster Case Management (IDCM) llegó para ayudar a los Californianos quien habían perdido casi todo. El equipo IDCM conecta a sobrevivientes de desastre a respondedores de emergencia quien ayudan a sobrevivientes a desarrollar un plan de recuperación ante desastres. Esta colaboración provee a los sobrevivientes con un solo punto de contacto en las primeras líneas juntos con ellos para facilitar el acceso a los recursos necesarios pero difíciles para encontrar, ayudándolos en su recuperación un paso a la vez.

Yo era parte del equipo de respondedores de IDCM que ingresó al pueblo de Paradise después de la destrucción del fuego Camp. Cuando entramos en la ciudad ese día, un gran cartel de madera a un lado de la carretera decía: “EL PARAÍSO FUERTE … La belleza se levantará de las cenizas”. Fue una clara indicación de la fuerte voluntad de esta comunidad de levantarse de las cenizas y nunca rendirse.

Aquí es donde conocí a Kamora,2 una sobreviviente que llegó de prisa al Centro de Recuperación por Desastre local.3 Solo tuvo cinco minutos para hablar con un manejador de caso porque su esposo iba salir de una clínica de emergencia donde estaba recibiendo tratamiento para las heridas que sufrió en el incendio. En pánico, Kamora explicó que ella y su esposo necesitaban ayuda para encontrar refugio. La pareja había estado durmiendo en un pequeño carro prestado. Como muchos residentes de Paradise, Kamora no tenía otras opciones ni un lugar al que llamar hogar. Pudimos construir un plan para la recuperación de Kamora que empezó ese mismo día y poner en marcha los pasos para que ella y su esposo pudieran empezar a reconstruir.

Al día siguiente cuando hablé con Kamora, recordó la trágica mañana que alteró su realidad y se convirtió en una línea divisoria que ahora siempre estaría en su vida; antes del incendio y después.

“Me dormí en Paradise y me desperté en el infierno,” dijo Kamora mientras empezaba llorar. Se volteó brevemente hacia su esposo, luego de regreso a mí. “Ya sabes, hay personas que dicen ‘Tienes que volver a ponerte de pie.’ ¿Pero cómo? ¿Cómo puedo hacer eso?”

Mientras mantenía la cabeza hacia abajo, intenté responder de una manera que le permitiera concentrarse en su recuperación. “Podemos comenzar con un plan de recuperación,” dije, “y juntos trabajaremos duro para buscar los recursos.” Ella jamás podría regresar a su vida anterior, pero lo que Kamora y los sobrevivientes como ella a menudo no pueden ver a sí mismos, tan cerca después de una tragedia, es que les espera una nueva vida si están dispuestos a reclamarla.

Kamora miró hacia arriba y dijo una pequeña pero esperanzada palabra: “OK.”

Unos días después, IDCM pudo otorgar a Kamora y a su esposo un tráiler de casa. Fue un paso significativo en su viaje – uno de muchos. IDCM trabajó en Paradise por casi tres meses, ayudando a personas como Kamora a conectarse con los recursos que necesitaban para reconstruir sus vidas. La meta es hacer una diferencia, un sobreviviente a la vez, donde más se nos necesite.

Cuando el equipo de IDCM partió de Paradise, quedó claro que la señal que nos recibió meses antes fue colocada allí por una comunidad que cumplió su promesa. La gente del paraíso si son fuertes. Con el tiempo, se recuperarán y su belleza surgirá de las cenizas de la tragedia.


1 Estadísticas del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California.

2 Los nombres han sido cambiados para preservar el anonimato.

3 El Centro de Recuperación por Desastre del Condado de Butte fue un espacio temporal establecido después del fuego Camp, donde se reunieron recursos y personal desplegable para ayudar de manera más efectiva a la gente del Paraíso a recuperarse.